Aparte del sufrimiento del esfuerzo, que no es mucho, uno se reconforta con la ilusión de abrazar al Santo una vez en Santiago. No quepa dudas que pediré por todos vosotros. Bien, pues, en esas estamos y, hasta el regreso.
Un abrazo para todos y, a los que cogen vacaciones, a descansar que es lo más importante.
Que no se apague nunca el Espíritu.
No hay comentarios:
Publicar un comentario