Posterior al Acto, y debido a la "necesidad" de saciar la sed, nos tomamos unas cervecitas en la sede de la Hermandad. 

Nuestra amiga Paola, que atiende el pequeño bar, nos tenía preparado unas "tapitas" para "matar el gusanillo" del estómago.

Y, en un ambiente de amistad y afecto, celebramos este día conmemorando a nuestros Héroes de la Artillería Española.

Nos llevamos una muy grata alegría cuando vimos aparecer en la plaza de la Gavidia a nuestro querido Gonzalo; últimamente no puede asistir a los actos por encontrarse un poco "malito", pero observamos que el proceso de recuperación sigue a paso firme. Un fuerte abrazo para él.